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1/6/08

News + imagenes de Barcelona 01/06/08


Bon Jovi tira de los clásicos en Barcelona


La banda de Nueva Jersey triunfa en el único concierto en España gracias al carisma de temas como 'Livin on a prayer'
EFE - Barcelona - 01/06/2008


Más de 50.000 personas asistieron anoche, en el Estadio Olímpico de Barcelona, al único concierto de la banda de rock norteamericana Bon Jovi dentro de la gira mundial de presentación de su último disco, Lost Highway. Más de dos horas ha durado la velada rockera donde la mayor parte de las canciones estaban claramente dedicadas a sus fans de siempre con algunos de los temas más conocidos y exitosos de su carrera.
Los momentos de mayor comunión entre público y músicos han llegado con canciones como Keep the faith, Livin A prayer, You give love a bad Name, Bad medicine o It's my life.
En los inicios del concierto del Olimpic de Montjuïc, que lucía una excelente entrada, el público, muy saltarín durante toda la noche, ha coreado canciones como Born to be my baby, ha alzado los brazos al aire con Raise your hands, o ha repetido como los loros las onomatopeyas del líder en Sleep when I'm dead, y ha disfrutado con Runaway, aquel primer tema con el que Bon Jovi arrancó su carrera profesional.
Pasada la media hora, Jovi ha interpretado temas conocidos de su carrera como Blaze of Glory, por la que obtuvo la nominación al Oscar y a los Grammy y por la que ganó el Globo de Oro a la mejor canción o In these arms.
Una versión acústica de I can't help falling in love, popularzada por Elvis, ha dado paso a la melódica Bed of Roses, y con ella los flashes y los móviles al aire, pero pasada la hora de concierto el paroxismo ha llegado con el himno de la banda, It's my life, de su álbum Crush (2000).
Al final de la noche, los de Nueva Jersey han interpretado algunos de sus grandes éxitos como Hey God -con Bon Jovi arrodillado implorando al cielo-; la rotunda Have a nice day -aquí con Richie Sambora y su espectacular guitarra de dos mástiles-; Livin in a prayer, arrancada a capella por el cantante; o la lenta Always, ya en los bises. En esta recta final, incluso ha habido tiempo para que el guitarrista Richie Sambora cantara en solitario I'll be there for you.
La presente gira mundial arrancó en octubre en Newark, (Nueva Jersey, EEUU), la tierra natal del líder del grupo, Jon Bon Jovi, ciudad en la que ofreció una maratón de diez conciertos, y Barcelona ha sido su única escala en España, país en el que ya actuó hace cuatro años, también en una cita única.

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Bon Jovi conmociona el Estadi Olímpic con una lluvia de éxitos


• El grupo congregó a más de 50.000 personas en la única cita española de la gira 'Lost highway'
• La banda primó su repertorio de 'hits', como 'Keep the faith', 'It's my life' y 'Livin' on a prayer'

La liga del rock de estadios no está al alcance de cualquiera, pero Bon Jovi se ha instalado en ella sumando nuevas olas de público y multiplicando, si cabe, su poder de convocatoria. Anoche no fue el Palau Sant Jordi, su plaza de otras visitas, sino el Estadi Olímpic el escenario de su nueva gesta en Barcelona, con 50.500 personas, según la organización, en la única cita en España de la gira Lost highway. Un público amplio y heterogéneo que se volcó en un espectáculo dominado por éxitos del rock comercial de los últimos 25 años.Los conciertos de estadios no consisten en apelotonar a miles de personas en un recinto; son un género en sí mismo que incluye una escenografía y una liturgia. Un código que Bon Jovi domina. Están los recursos tecnológicos, la pantalla gigante y las luces cegadoras, pero también una manera de actuar y sintonizar con el gran público. Diálogos de masas, brazos en alto, mensajes directos, estándares del rock'n'roll reconocibles por todos y hasta sonrisas de Jon Bon Jovi captadas con minuciosa precisión por el técnico de vídeo se fundieron anoche con un repertorio de dos horas y media de duración, que comenzó a caminar con la canción central del último disco del grupo, Lost highway.'HITS' EN CADENALa luz diurna acompañó el inicio del concierto, que se abrió paso a través de los estribillos poderosos de Born to be my baby, You give love a bad name y la repescada Raise your hands, con el Estadi atendiendo a la petición de Jon Bon Jovi y agitando alegremente sus extremidades superiores. Sintonía colectiva sin fisuras y una banda que, aunque suele alterar buena parte del guión cada noche, conocía cada inflexión del repertorio.En esta gira, el grupo introduce guiños a clásicos del rock y los funde con canciones propias. Sleep when I'm dead trabó amistad con Rockin' all over the world, de John Fogerty, y la balada Bed of roses fue precedida por un fragmento de Can't help falling in love with you, el éxito de Elvis Presley, con Jon Bon Jovi y Richie Sambora, voz y guitarra, en soledad sobre el escenario.El toque country del disco Lost highway resultó invisible en un concierto consagrado al rock y a los éxitos, donde circularon canciones populares como Blaze of glory, It's my life y Keep the faith en versiones contundentes y amparadas por el apoyo coral espontáneo del Estadi Olímpic. Las canciones recientes, Whole lot of livin' y We got it goin' on, sonaron más inspiradas por los ejecutivos discográficos de Nueva York que por los clubs de Nashville.MÍSTICA BREVERichie Sambora se quedó solo para defender, como cantante, I'll be there for you; un inciso tras el cual el grupo volvió a la carga con Hey God. Esta canción trajo un inesperado momento Bono, con Jon Bon Jovi arrodillado en posición mística. Duró poco: Have a nice day recuperó el ritmo y Who says you can't go home trajo el registro más ligero de la velada, violín incluido.Se acercaban las dos horas de concierto y unas estrofas a capela del éxito Livin' on a prayer por parte del cantante, inmediatamente secundadas por el público, insinuaron que el final del concierto se acercaba. Por decirlo de una forma aproximada, el buque insignia del disco Slippery when wet (1986) se llevó por delante el estadio entero. Conmoción general, cánticos de reafirmación de la amistad y quema de naves.O casi. Quedaba un paquete de propinas que comenzó con la cadencia sentimental de Always, cuyo estribillo volvió a motivar a la voluntariosa coral del Estadi. Jon Bon Jovi se colgó la guitarra acústica para cantar Wanted dead or alive. Los relevos finales fueron Someday I'll be Saturday night, otro himno de la segunda etapa del grupo, la de los 90, que adoptó una nueva forma con la intervención de las gradas, y un curativo Bad medicine. No era sábado, sino domingo, pero no importó. Bon Jovi "dan a la gente lo que quiere", que dirían los Kinks. No es poco.

I'LL BE THERE FOR YOU, Richie Sambora


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